viernes, 22 de marzo de 2013

Los treinta y tantos

Algo que me gusta con el paso del tiempo es la experiencia de los años y el conocerse a uno mismo. Me gusta ver como soy, como actúo, como me comporto, como pienso... ¡¡y no estoy hablando de meterme en un gran hermano para verme!! jejeje. Creo que es algo muy importante para poder ganar seguridad y confianza, y el aceptarse como cada uno es y el paso de los años te lo dá.

Los 30 es la edad perfecta en la que una se siente aún joven pero a la vez madura. Siempre he dicho que me gustaría volver a tener los 25 años pero con la experiencia y la madurez que tengo ahora... ¡¡hubiera triunfado mucho más en todos los aspectos!! ;)

Con esto, os quería contar que cada vez que voy a mi pueblo, siempre hay alguien que me dice que me encuentra muy bien, muy feliz y me reafirma que lo que he estado haciendo estos años, ha merecido la pena. Tal y como yo me veo, es como me ven los demás.





Un chico del grupo de amigos del pueblo (2 años más jóven que yo), empezó a preguntarme cosas incluso personales, pero una llega a una edad en la que no se tiene pelos en la lengua y no te cortas en responder.

a ésto no me refiero pero es que me resultó muy gracioso ;)

Este chico al verme segura de mi misma y feliz y al calor de unas copas de más quería saber si lo que veía en ese momento era real o solo ficticio y empezó a profundizar preguntándome si me arrepentía de algo en la vida. Mi respuesta fue que no, que todo en la vida te sirve para forjarte tal y como eres ahora. Sin esos actos, no llegaría a ser tal y como soy ahora, seguramente sería una persona totalmente distinta (como la película El efecto mariposa). Creo que los momentos difíciles son pruebas que te hacen ser más fuerte y aprender. Si hay cosas que evidentemente hubiera cambiado o que no hubiera echo, pero a lo hecho, pecho. El caso es que éste chico me dijo que no tenía nada más que decirme, que efectivamente me veía muy bien. Le estuve hablando del libro El Secreto (habla sobre la ley de la atracción - libro que me gustó mucho), y el me habló de El Aquimista (libro que después me leí).



En otra ocasión, me encontré con 2 amigas de la infancia (Ana y Blanca, de cuanto tenía 12/15 años). A Ana no me apetecía mucho ver porque la recordaba como la típica chica que en la juventud siempre tenía la voz cantante y no me dejaba expresarme como yo era, y con la edad llega un punto que personas que no te aportan o te hacen sentir incómodas, es mejor evitarlas. Con Blanca había perdido mucho el contacto, las conversaciones se reducían a: ¡hola, ¿que tal? bien y tú? muy bien también.

Me encontré a las 2 en uno de los bares en los que me estaba tomando un té con amigas y me acerqué a saludar. A Ana la ví muy cambiada, más madura, más calmada y esta vez si que daba gusto hablar con ella porque ese día coincidimos en varios pensamientos, así que se lo dije, le dije q la veía cambiada y mucho mejor. A parte de que estaba embarazada por 3ª vez, había estudiado psicología infantil o algo por el estilo a distancia, así que le pregunté como me veía y demás, y como me veía receptiva me dijo que me veía muy bien porque había echo en la vida lo que había querido (me lo dijo en positivo).

Blanca, al ver que Ana y yo nos decíamos lo bien que nos veíamos y lo que habíamos madurado, ella le preguntó a Ana que le dijese como la veía, pero esta le dijo que no la veía preparada y que por eso nunca se lo había dicho. No la veía preparada para afrontar lo que Ana le iba a decir. Al final Blanca se puso a llorar porque reconocía que no era feliz, que se guiaba mucho por lo que dijera la gente y que por eso estaba en aquella situación. Se casó hacía 3 ó 4 años pero no era feliz, hace 6 meses se habían tomado un tiempo separados pero habían vuelto. Yo creo que ella no es feliz en su matrimonio pero no es capaz de dejarlo por no estar sola.

A Blanca la volví a ver hace poco con su marido y otra pareja. Creo que sigue en la misma situación aunque ella intente no demostrarlo. A simple vista da una cara de ser feliz, pero en el fondo creo que no ha cambiado nada en su vida, no es fuerte para hacer lo que ella realmente quiere hacer y desacerse de todos lo lazos que la atan.



Mi opinión no es que cambie radicalmente su situación, sino que debería tener muy claro que es lo que quiere hacer en la vida, donde se quiere ver, de quien se quiere rodear... teniendo esto muy claro, las cosas van cambiando poco a poco, porque sin querrer tus acciones se van enfocando a esa meta y de vez en cuando revisar tus objetivos para asegurarte que tus acciones se dirigen a esos objetivos.

De momento a mi esto me funciona, pero no quiere decir que en unos meses encuentre otro mejor conforme profundizo más en mí misma.